miércoles, 6 de febrero de 2013

Hot Dogs....


Pero volvamos a los hot dog, un formato que en los últimos tiempos tiene sello de autor y parece replicar la penúltima fiebre hamburguesera que le precedió. En pocos meses, hemos saboreado perritos más o menos interesantes, que forman parte de la oferta informal de cocineros conocidos. Javier Muñoz Calero, chef de T.A.R.T.A.N. y Muñoca, firma uno en su espacio de la calle San Lorenzo al que bautiza con el mismo nombre que este restaurante:Perrito Faldero o, lo que es lo mismo, una salchicha bratwurst especiada de nada menos que 26 centímetros. Este logrado experimento se sirve en un panecillo brioche acompañado de cebolla seca, queso gruyère, kétchup de curry y patatas fritas con piel.
El perrito caliente con pedigrí de la Gabinoteca
Por su parte, Nino Redruello incluye en sus divertidos bocados de play food de La Gabinoteca (Fernández de la Hoz, 53) un Perrito caliente con pedigrí, que llega a la mesa empaquetado sin complejos en una caja de cartón al más puro estilofast food. Víctor Enrich ha creado unhot pork en El Taller de La Hamburguesa (Plaza de la Fuente s/n, La Moraleja, Madrid): butifarra blanca de perol cocinada en parrilla con carbón de encina, servida en una baguette con tomate crudo y aceite de oliva virgen, a un precio de 6 euros. Mientras, parece que el gran David Muñoz elaborará un perrito para la coctelería que el barman Carlos Moreno abrirá en la planta superior de Lamoraga, en la calle Jorge Juan (Madrid). ¿El sello DiverXO en formato perrito? Por ahora, una pista: la segunda marca de este chef,StreetXo, ya ha alumbrado una asiatizada versión del sándwich club en un panecillo al vapor.
De Barcelona a Galicia
En Barcelona, el chef-productor Oriol Rovira reedita el perrito en su bocadillería Sagàs (Pla de Palau, 13), con sus dos opciones de Frankfurt a la cerveza, elaboradas con salchichas de cerdo ahumado de su masía, con o sin cebolla y envueltas en un entrepán (8 euros). Jordi Vilà cuenta con el apartado Frankfurtería (así lo bautiza) en Fábrica Moritz: cinco recetas de salchicha alemana servida con mostaza casera, pepinillos y cebolla caramelizada, a un precio de unos 6 euros.
Propuesta de Hotdoks Fast Casual Concept
Joan Martínez, que fue socio de Albert Adrià en el desaparecido Inopia Classic Bar, firma un minihot-dog dentro del surtido de bocadillos de la carta de Lolita Tapería (Tamarit, 104), el local que tomó el testigo del bar de tapasadriatizado.
Sin vinculación a un chef y con vocación orgánica, la cadena Hotdoks Fast Casual Concept, alianza entre el joven empresario Eduard Gràcia y la compañía familiar Grupo Electroges, presume de ofrecer un perrito de "salchicha de carne ecológica certificada", en sus locales de la Ciudad Condal (Sants, 236).
Desde Galicia, Alberto González Prelcic ideó un perrito (salchicha alemana, cebolla caramelizada, beicon y queso cheddar, por 6 euros, con una caña de cerveza) para sus noches temáticas de los viernes en La Pizarra, local informal de Silabario, su espacio gastronómico con una estrella Michelin en la localidad pontevedresa de Tui (Hotel Colón. Colón, 11).
Alternativas canallas
En Madrid, hay algunas otras pistas a tener en cuenta. El verano pasado, la terraza-coctelería de Le Cabrera Casa América añadió a su oferta de picoteo un carrito de perritos calientes de Chicago Hot Dogs, enseña con varios puntos de venta, incluido uno en el barrio de Malasaña (Corredera Alta de San Pablo, 2).
BBBQ Market
BBBQ Market (Butifarras, Bellotas y Barbacoa), puesto de Carrasco Guijuelo y Mas Gourmets en el Mercado de San Miguel (Plaza San Miguel, 1. Puesto 5), opta por la versión a la catalana del hot dog: minibocadillos calientes presentados en cajitas de cartón, elaborados en directo en una barbacoa, con más de diez opciones de butifarra y una decena de salsas (de 3 a 4 euros).
Sin ninguna aspiración gourmet pero con muchos motivos para no perderlos de vista, están los hot dogs escandinavos de Estocolmo Bärs. Este garito en el número 72 de la madrileña calle de La Palma, que funciona desde hace veinticinco años, es el refugio perfecto para comer un perrito en varias versiones y aliños (pepinillos, cebolla frita, cebolletas, aliño picante...) por unos 4 euros, al más puro estilo de los foodtrucks callejeros de ciudades como Copenhague y Estocolmo. Local minúsculo, DJ en directo, atrezzo de Mazinger Z, aire malasañero a un paso de Conde Duque y, sobre todo, la posibilidad de pedir un hot dog hasta entrada la madrugada (en fin de semana, cierra a las 2.30... con la opción de seguir la fiesta en el cercano 4Latas) suman los atractivos de Estocolmo Bärs, donde no está mal pedir un mojito o una capirinha, otras dos especialidades de la casa.
Por la zona, hay una pista reciente más: con vocación de coctelería neoyorquina, Warehouse (Barco, 37) propone acompañar los combinados con sus hot dogs papaya King.
¿Burbuja de hot dog a la vista?