jueves, 16 de diciembre de 2010

pecados capitales de servicio



Hace tiempo encontré en internet un artículo cuyo nombre me llamó la atención: Los 7 pecados capitales servicio. Me pareció interesante la información, no sólo para empleadores sino también para clientes. En todo caso quise no sólo enumerarlos, sino llevar las cosas un paso más allá y elaborar un poco sobre ellos. 
  
1. Apatía: No hay nada peor que llegar a un restaurante y que te miren con cara de sueño, que no se percaten de nuestra presencia o se abstengan de saludar a uno o de hacer un gesto de cortesía. Adicionalmente, uno se encuentra con personal de servicio que está haciendo cosas que no tienen nada que ver con atender a los clientes: están hablando por teléfono, mandando mensajitos de texto o diciéndole algo a algún compañero. También sucede cuando, quien atiende a los clientes, hace las cosas lentamente o con flojera. Al cliente se de le debe recibir siempre con una sonrisa y con mucha energía. Es muy difícil ser eficaz y eficiente si se actúa de otra forma. Y negocios que no son eficientes pierden clientes. 
  
  
2. Salir rápido de eso: Sucede cuando uno hace una pregunta que no es sencilla de contestar. Por lo general, el empleado mal entrenado dirá que no sé puede, que no hay o que no se consigue. Si le pedimos alguna información adicional dirá que no sabe. Decir que no siempre es la salida más fácil y rápida, es dejar el problema sin solución. 
  
3. Frialdad: Uno puede llegar a lugares donde de milagro y miran a la cara al cliente, no lo saludan ni le dan ninguna muestra de cortesía; es decir, no tratan de crear empatía con él. Esto afecta dramáticamente no sólo las ventas, sino que impide el proceso de fidelización que es tan importante para un restaurante. El hecho de que una persona forme un nexo con un establecimiento debe ser el sueño de todo restaurador. Es allí donde se asegura el éxito a largo plazo. La venta, si bien es una transacción comercial, también es una transacción emocional. Si se trata al cliente de manera fría y distante jamás logrará crear con ellos una relación duradera y sólida. 
  
4. Descalificar: Aunque parezca difícil de creer la descalificación del cliente es algo que ocurre muchas veces en el proceso de atención. Hay otras formas de descalificar al cliente en las que personal no entrenado incurre sin darse cuenta. Por ejemplo, un mesonero que comenta sobre lo que va a pedir una persona o que hace una expresión con su cara cuando le están haciendo un pedido. Todas estas son formas de descalificación. Si el cliente se está equivocando en algo se le puede decir de forma amable y sin hacerle sentir que está cometiendo un error. 
  
5. Ser mecanizado: Existen los llamados protocolos de atención, sobre todo para franquicias. Lo que se hace es que el personal se aprende de memoria un guión no sólo de qué decir, sino de cómo actuar. Esto no está del todo mal, pero hay que explicarle al personal el por qué el guión está elaborado, por qué tiene que decir las cosas que se le instruya que diga y por qué es importante que actúe como se le pide. Ningún cliente quiere ser atendido por un robot, para eso entonces sería mejor ponerle frente a una máquina de verdad. La atención debe comenzar por ser sincera, sino es muy difícil crear empatía con el cliente y éste se puede sentir hasta incómodo. 
  
6. Hacerlo todo por el manual: Si vamos a nuestro lugar favorito de comida rápida esperamos que la experiencia sea igual en todos lados. La desilusión podría hacer que dejásemos de comer allí continuamente. Sin embargo, de vez en cuando ocurren situaciones que no pueden preverse. Hay clientes que hasta por una necesidad física requieren que el empleado se salga del manual o haga algo que no está previsto en ningún lugar. Un profesional del servicio y la atención tiene que estar dispuesto a todo por su cliente, a saltarse las reglas, incluso a poner en peligro su empleo. Si el dueño de la empresa ha creado cultura de servicio en la compañía entonces dicho profesional sabrá que no tiene nada que temer. 
  
7. Pasar la pelota: Es algo muy común en nuestro país. Nos dicen cosas como: eso no es conmigo o la persona que se encarga de eso no está y yo no sabría decirle. Claro, siempre puede pasar que una persona no sepa cómo solucionar un problema o responder una pregunta. Otro aspecto clásico en el que los empleados de una empresa se pasan la pelota es cuando algo sale mal. El cliente puede entender que las cosas salgan mal de vez en cuando, después de todo somos humanos. Pero cuando quien da la cara por el local adopta una posición de Poncio Pilato, es decir, de lavarse las manos, deja al cliente sintiéndose perdido, lo deja sintiendo como si la culpa fuera de él ya que nadie asume la responsabilidad: "La culpa es mía por haber entrado aquí." Es fundamental que los empleadores y supervisores creen entre sus reportes directos una cultura de asumir, tanto el crédito como las fallas, con responsabilidad las acciones y situaciones con el cliente. Una disculpa sincera de parte de un prestador de servicio hacia un cliente es algo que jamás se olvida, pues el cliente sentirá que puede confiar en esa empresa porque sabe que, pase lo que pase, le van a decir la verdad. 
  
Muchas veces no sabemos cómo reconocer un mal servicio, sino que nos quedamos con una sensación de malestar que no sabemos definir. Educarnos como clientes es también importante, sobre todo a la hora de exigir calidad de servicio y atención de los lugares a los que vamos. En la medida en que seamos más exigentes, los locales no tendrán otro remedio que ofrecer resultados. 

domingo, 22 de agosto de 2010

las loncherias

Las loncherías

 

Las loncherías

En las andanzas de los comensales callejeros, nadie podrá negar que, casi siempre, el qué se supedita al dónde. Uno va a los tacos «de tal o cual esquina», a las quesadillas «de afuera de este mercado» o a las tortas de «don Fulano». Y en esta tónica de el lugar como definición de la experiencia gastronómica, le compartimos una reflexión acerca de uno de esos «templos de la comida» en vías de extinción.

por Alejandro Velázquez

¿Cómo es una lonchería?[1] O tal vez deberíamos decir: ¿cómo era? Recurro a la nostalgia porque los rasgos básicos que dan su carácter único a estos changarros se me han desdibujado en tiempos recientes; así que si a usted le acomoda, mejor sustituya todos los verbos en presente por un evocativo copretérito: era, había, tenían. Yo, por lo pronto y con un dejo de esperanza, utilizo el presente porque aún me resisto a su desaparición, y no dudo que por ahí sobreviva alguna auténtica «cápsula del tiempo».

La estampa clásica de una lonchería empieza por el lugar en el que está instalada: una «accesoria» —es decir, un espacio de unos 20 metros cuadrados— que cuenta con una cortina metálica que da a la calle y abarca prácticamente la totalidad del frente del local, dejando como fachada el universo de la lonchería. Tiene además un toldo ajustable sobre el cual se leen nombres como La Moreliana, La Fe, La Jalisciense, La Palma, La Estrella o Lonchería El Chato, todos con un espíritu de otros tiempos en los que el origen era motivo de orgullo y sinónimo de autenticidad.

El entorno

Parte fundamental del «sabor» en estos changarros es el ambiente, lo que los críticos de los restaurantes califican como l'ambiance. El protagonista es un mostrador detrás del que se elaboran las diferentes viandas que nos ocupan; éste tiene una vitrina con copete en la que, además de poder observar cómo elaboran todo lo que sirven, se exhiben alteros de jamón rebanado, queso blanco, chorizo, huevos, milanesas sin freír, salchichas y pierna de cerdo, junto con una hilera de palanganas que contienen pata en escabeche, crema, cebolla cortada, rebanadas de jitomate, salsa, chiles o rajas en vinagre; una montaña de teleras, otra de tostadas, aguacates y cientos de tacos enrollados previamente, acomodados como cigarros y listos para freírse.

En un extremo de este mostrador se encuentra una caseta para freír coronada por una campana de extracción hecha de lámina y conectada a un ducto que se extiende hasta la calle. Todo el conjunto de mostrador y caseta solía ser de madera pintada de algún color muy vivo, con algunos detalles torneados, paneles entablerados y molduras hechas a mano —hoy las hacen con lámina y perfiles de aluminio, pero la configuración sigue siendo la misma.

Otro rasgo típico de las loncherías es su «decoración», que consta de repisas —unas tablas colocadas sobre ménsulas— en todo el perímetro del local, en las que se «exhiben» refrescos, paquetes de servilletas, latas de chiles, botellas de aceite y envases vacíos. Las paredes y el techo están pintados con esmalte o cubiertas con azulejos azules o verdes. El menú se encuentra rotulado con pincel sobre un pizarrón negro de lámina, con publicidad de alguna marca de refresco, en el que los precios se escriben con gis para poder actualizarlos con frecuencia.

El mobiliario, la «vajilla» y el personal

El rasgo más encantador de una lonchería es la instalación destinada a acomodar a los comensales; ésta se compone por una hilera de módulos de madera tipo pullman —asientos opuestos que comparten el respaldo— con una mesa suelta entre ellos, y cada una acomoda hasta cuatro personas.

La vajilla consta de platos que, antes de la aparición de la melamina y el plástico, eran de peltre, siempre blancos y con una línea roja o azul en el borde, curiosamente pequeños para lo que se sirve: siempre sobresale la mitad de los tacos, y las tortas apenas dejan espacio para cogerlas. No hay cubiertos ni necesidad de ellos; lo único que hay en la mesa es un servilletero rotulado con alguna marca de refresco, una salsera con cuchara de peltre y un salero de plástico, a menudo con forma de jitomatito.

Las loncherías muchas veces están atendidas por tres o cuatro «muchachos», cuya procedencia de la región centro occidental del país es inconfundible, con camisas a cuadros de corte vaquero, muy buen humor y acento fuereño. Estos muchachos son muy compartidos con los comensales en cuanto a su ambientación musical: siempre habrá una estación de radio con música ranchera, norteña —o más recientemente de «banda»—, y no es raro que alguno de los del mostrador se arranque a cantar cuando suena alguna de sus favoritas. Todos usan delantal y los de las preparaciones portan un gorro, ambas prendas de algodón blanco con bies rojo.

Tacos y tortas[2]

El producto estrella de estas loncherías son las flautas, largas —como de 20 centímetros— y muy delgadas; se preparan con barbacoa deshebrada, las enrollan desde muy temprano en tortillas ovaladas fabricadas ex profeso y las colocan en una reja de la que se van surtiendo para freírlas en el momento que éstas sean requeridas. Después del proceso de fritura las ponen a escurrir un momento, y luego se aderezan con crema, aguacate, cebolla en juliana, rajitas de jitomate y salsa verde cocida; algunos incluyen queso blanco rallado y a veces, en lugar de salsa, les ponen rajas de jalapeño. Resulta increíble cómo cuatro hebras de barbacoa fría reviven mediante este proceso, otorgando al escuálido taco, ese sabor tan especial.

Las clásicas tortas de lonchería —cada día más raras— son «frías», es decir, no se calienta el pan ni el contenido de la torta, con la obvia excepción del huevo, la milanesa, el chorizo y las salchichas, que se fríen al momento, pero aunque estos componentes están calientes, la torta se termina de preparar en frío.

La oferta de tortas va desde la arquetípica de jamón, hasta las de pierna, salchicha, huevo, chorizo, queso, milanesa, queso de puerco y huevo con chorizo. Además del componente principal, estas tortas se aderezan con crema —nunca con mayonesa—, jitomate, cebolla, aguacate, rajas, y a algunas le ponen una embarradita de frijoles, todo «al tiempo», y cabe decir que la habilidad del tortero para abrir la telera, partir y deshuesar un aguacate o confeccionar una torta en cuestión de segundos es todo un espectáculo.

Tostadas

La primera peculiaridad de las tostadas de pata de lonchería son las propias tostadas: son cuadradas y más bien gruesas; más tronadoras que las que conseguimos en el súper y muy sabrosas. Sobre ellas se aplica una embarrada de frijoles, se coloca una porción de la pata en escabeche en trozos pequeños, se aderezan con salsa y una rajita de jitomate, y algunos le ponen crema y queso rallado. En algunas loncherías sirven también órdenes de pata, las cuales se tratan de una pata entera servida directamente en el plato y eso es todo; ésta es la única ocasión en la que recibiremos un tenedor.

Las bebidas

Además de los refrescos de cajón, en las loncherías encontramos marcas de refresco que nunca habíamos visto o que pensábamos que ya no existían. El refresco se «sirve» directo en la botella, y tal vez ofrezcan a veces popotes, pero nunca vasos. En las loncherías «de veras» clásicas se sirve tepache de barril, auténtico acompañante de los tacos, y sólo en este caso hay vasos o tarros; el tepache se sirve en tarros «cacarizos» como de cerveza, o bien, en el también clásico vaso estriado.

Para ilustrar el asunto con mayor precisión, podría decirse que una lonchería es la versión mexicana de la comida rápida en una de sus expresiones más auténticas. El trámite completo de despacharse dos rondas de lo que usted prefiera no lleva más de quince minutos cuando hay gente; por eso mismo, de sobremesa o postres ni hablar, porque siempre habrá alguien esperando la mesa, así que mejor ahueca uno. No hay carta, comandas ni ticket, todo es verbal y en ocasiones quien le sirvió se acuerda con detalle de lo que usted se comió, de modo que cuando se le pide la cuenta no pregunta «¿qué fue?», sino que entrecierra los ojos un par de segundos y lo fulmina a uno con el total que, por otro lado, siempre es una ganga.

Finalmente, sólo queda hacerle una recomendación: cuando vea una lonchería no desaproveche la oportunidad; quién sabe, en una de ésas la próxima vez los tacos podrían ser congelados o de microondas.

Así que yo aplicaría para las loncherías el mismo consejo que para ir a Venecia: dese prisa y aproveche que ahí está, porque no se sabe cuándo dejará de ser así.

Alejandro Velázquez es chilango, diseñador, docente y tragón profesional; creció frecuentando las loncherías de Coyoacán y más tarde descubrió que no eran endógenas, sino que las había por toda la ciudad. Es amante de los tacos dorados de barbacoa y del tepache y, aunque añora la lonchería más clásica, todavía encuentra consuelo en lo que aún queda de aquellos días.

viernes, 6 de agosto de 2010

Pastel de chocolate y chile ancho

PASTEL DE CHOCOLATE Y CHILE ANCHO

 

2  barritas de mantequilla

8 onzas de chocolate agridulce 

1/4 taza de polvo de cocoa cernida 

3 cucharadas de chile ancho en molido en polvo

1/4  cucharadita de sal 

6 huevos, con las yemas y claras separadas

1 taza de azucar

1 taza de crema espesa 

2 cucharadas de azucar glass

Canela en polvo

 

 

Directions

Precalienta a 350 f o 180 C

Ligeramente pone mantequilla en el fondo de un molde de pastel. Ponle encima papel encerado. Separalo

En baño maria, derrite el chocolate y la mantequilla a fuego medio-bajo. Una vez hecho esto, retira del calor y mezcla ahí la cocoa, el polvo de chile ancho y la sal.  

En un bowl, bate juntos las yemas de los huevos con ½ taza de azucar hasta que quede espesa y con un amarillo palido de color. Mete la mezcla del chocolate aquí y mezclalos bien.

En otro bowl, bate las claras hasta que espesen. Batiendo, añade la ½ taza restante de azucar hasta que se forme un ligero merengue. De poco en poco, añade la mezcla de chocolate, siendo cuidadosos de no desinflar el merengue. Suavemente pasa la mezcla al molde y hornea hasta que las orillas esten cocidas pero el centro todavía humedo y que aun se peguen algunas migas cuando metas el cuchillo a probar… algo asi como unos 45 min.

 

Retira del horno y deja enfriar completamente.

Pasa un cuchillo por los bordes del pastel. Invierte el molde en un plato y quita el papel encerado.

En un bowl bate la crema hasta que espume. Añade el azucar glass y la canela.. sigue batiendo hasta que la crema este a punto de nata

Para servir, rebana el pastel y acompaña con la crema batida. Decora con un poco de cocoa.

jueves, 5 de agosto de 2010

Pastel de chocolate con crepas Cajeta

Pastel de chocolate con Crepas de Cajeta
 
 

1.                               4 cucharadas de mantequilla derretida, mas un extra para barnizar  

2.                               1 taza mas 2 cucharadas de crema espesa

3.                               10 onzas de chocolate agridulce,

4.                               1 cucharadita de canela

5.                               4 yemas de huevo

6.                               1 1/2  tazas de cajeta 

7.                               Azucar glass para decorar

 

 

 

1.                        Haz 10 crepas. (no incluidos los ingredientes)

2.                        En una cazuela pon a hervir una taza de la creama. Quitala del calor y añade el chocolate y la canela. Dejala reposart 5 minutos, después batela hasta que quede suave. Bate ahí mismo 2 de las yemas. Aparte, En un bowl mediano bate la cajeta con las 2 cuchartas de crema y 2 yemas que quedan    

3.                        Ten precalentado un horno a 350 F. Engrasa con mantequilla un molde de pastel. Pon el fondo un circulo de papel encerado. Pon una crepa en el fondo del molde. Parte en dos 2 crepas y alinealas a los lados del molde, dejando el doblez hacia arriba, de modo que esta quede colgando un poco del molde. Es decir, se forra el molde con las crepas.      

4.                        Cucharea ½ taza del relleno de chocolate en el molde y repartelo bien en la crepa. Encima ponle otra crepa apretando bien, encima de este ponle ½ taza de cajeta, repartiendolo equitativamente en toda la crepa. Repite el proceso con otras 4 crepas, fionalizando con una crepa.  Ponle encima papel encerado y cubre con papel aluminio.

5.                        Hornea por una hora o hasta que esponje. Quita el aluminio y deja enfriar por una hora. Quita el papel encerado y pasa un chuchillo por todo el borde interior del molde. Invierte el pastel en un plato. Quita con cuidado el molde y déjà en el plato. Quita el papel encerado y deja enfriar.

6.                        Decora con la azucar glass antes de server

martes, 13 de abril de 2010

Tarta de Turrón



España Directo - Tarta de turrón

28 dic 2009



El contenido está aquí


domingo, 4 de abril de 2010

food inteligence

sábado, 3 de abril de 2010

nombres posibles y conceptos

De la casa - - Comida internacional sencilla, tirandole a casera
Chigre
Serratesco
criollito
32 - años de experiencia
el coro
La Biblioteca
EL cajon

Tapa de Jamón Serrano con cama de Salmón


Tapa de Jamón Ibérico con cama de Salmón




Si quieres tener una receta para un entrante simple y sencilla y encima te de un resultado muy bueno en la mesa echa un vistazo a la elaboración de esta tapa de “jamón Ibérico con cama de Salmón“.
Ingredientes para 8 tapas:
Una punta de jamón ibérico
5 Cucharadas de mahonesa
200 gr. de salmón ahumado
8 Rebanadas de pan
Elaboración:




Mientras tostamos las rebanadas de pan en el horno, picamos la punta de jamón en la Thermomix o con un cuchillo muy finamente.

Mezclamos con la mayonesa y reservamos.
Sacamos las tostadas del horno y colocamos un trozo de salmón ahumado en cada rebanada de pan.
Repartimos el jamón por encima y decoramos con una hoja de perejil o eneldo picado.

Arrachera con mantequilla de paprika


RECIPE

Skirt Steak with Paprika Butter

"I love skirt steak because it's just fatty enough, and it cooks quickly, which is great for dinner parties," says Vinny Dotolo. He serves the steak thinly sliced, with a lightly smoky, tangy paprika butter.
  • TOTAL TIME: 30 MIN
  • SERVINGS: 10
  • FAST
  • STAFF FAVORITE

INGREDIENTS

  1. 6 tablespoons unsalted butter
  2. 6 garlic cloves, thinly sliced
  3. 1 1/2 teaspoons smoked hot paprika
  4. 2 tablespoons fresh lemon juice
  5. Salt
  6. 5 pounds skirt steaks
  7. Vegetable oil, for rubbing
  8. Freshly ground pepper
  9. Sunchoke-Kale Hash with Farro

DIRECTIONS

  1. Light a grill or heat a grill pan. In a small saucepan, melt the butter. Add the garlic and cook over low heat, stirring, until golden, about 3 minutes. Add the paprika and cook until fragrant, about 30 seconds. Remove from the heat, stir in the lemon juice and season with salt; keep warm.
  2. Rub the skirt steaks with oil and season with salt and pepper. Grill over high heat until nicely charred and medium-rare, about 3 minutes per side. Transfer the steaks to a cutting board and let rest for 5 minutes. Thinly slice the steaks across the grain. Spoon the Sunchoke-Kale Hash with Farro onto a large platter and top with the steak. Spoon the paprika butter over the steak and serve right away.

MAKE AHEAD

    The paprika butter can stand at room temperature for up to 4 hours; reheat the butter gently.

Pastel de crepas de Cajeta y Chocolate

pastel de chocolate y cajeta



Mexican Chocolate and Dulce de Leche Crêpe Torte

  • ACTIVE: 1 HR 30 MIN
  • TOTAL TIME: 4 HRS
  • SERVINGS: 12
  • MAKE-AHEAD
  • STAFF FAVORITE

INGREDIENTS

  1. 2 cups all-purpose flour
  2. 2 tablespoons granulated sugar
  3. Pinch of salt
  4. 2 1/2 cups plus 2 tablespoons milk
  5. 1 teaspoon pure vanilla extract
  6. 6 large eggs, lightly beaten
  7. 4 tablespoons melted butter, plus more for brushing
  8. 1 cup plus 2 tablespoons heavy cream
  9. 10 ounces bittersweet chocolate, chopped
  10. 1 teaspoon cinnamon
  11. 4 large egg yolks
  12. 1 1/2 cups dulce de leche (see Note)
  13. Confectioners' sugar, for dusting

DIRECTIONS

  1. In a medium bowl, whisk the flour with the granulated sugar and salt. Whisk in the milk, vanilla, 6 whole eggs and the 4 tablespoons of melted butter and let stand for 30 minutes.
  2. Heat a 10-inch nonstick skillet and lightly brush with melted butter. Pour 1/3 cup of the crêpe batter into the skillet and immediately swirl until it reaches halfway up the side. Pour any excess batter back into the bowl. Cook the crêpe over moderate heat until golden at the edge and set in the center, about 1 minute. Flip the crêpe and cook for about 15 seconds longer, or just until the bottom is browned in spots. Transfer the crêpe to a baking sheet lined with wax paper. Repeat with the remaining batter, brushing the skillet with butter only as needed.
  3. In a medium saucepan, bring 1 cup of the cream to a boil. Remove the pan from the heat and add the chocolate and cinnamon. Let stand for 5 minutes, then whisk until smooth. Whisk in 2 of the egg yolks. In a medium bowl, whisk the dulce de leche with the remaining 2 tablespoons of cream and 2 egg yolks.
  4. Preheat the oven to 350°. Butter a 9-inch round cake pan, line the bottom with parchment paper and butter the paper. Fit a crêpe in the bottom of the pan, pressing to flatten it. Halve 2 crêpes and line the sides of the pan with them, placing the cut sides down and slightly overlapping the bottom crêpe; the rounded part of the halved crêpes will hang over the edge of the pan a bit.
  5. Spoon a slightly heaping 1/2 cup of the chocolate filling into the pan and spread to the edge of the crêpe. Top with another crêpe, pressing to flatten it. Spoon a slightly heaping 1/2 cup of the dulce de leche filling on top, spread it to the edge and top with a crêpe. Repeat this layering with the remainder of the fillings and 4 more crêpes, ending with a crêpe. Any leftover crêpes can be frozen between sheets of wax paper for later use. Fold the overhanging crêpes over the top. Press a round of buttered parchment paper directly onto the torte and cover the pan with foil.
  6. Bake the torte for 1 hour, or until puffed. Remove the foil and let cool for 1 hour. Remove the parchment and run a knife around the edge of the pan. Invert a plate over the pan and then invert the torte onto the plate. Remove the pan and parchment paper and let cool completely. Sift confectioners' sugar over the torte just before serving.

MAKE AHEAD

    The baked torte can be refrigerated for up to 2 days. Reheat slightly in a 350° oven.

NOTES

    Dulce de leche is a caramel-like boiled sweetened milk. Smuckers is a good supermarket brand. 

    Turning crêpes with a spatula often causes them to break. The easiest way to flip them is with your fingers. Use a spatula or a table knife to lift up the edge, then gently pick up the crêpe and flip it over.