viernes, 21 de enero de 2011

FW: En la linea del Prendes






Sugerencias del Gourmet / En la línea del Prendes

Reforma

(27-Jul-2007).-


El restaurante Prendes ha sido una referencia. Por este sitio pasaron muchos personajes de la vida política y cultural del País. Luego, más allá del original, se prolongó la tradición en otros locales, entre ellos el del Frontón México y desde hace unos años el Don Amador, que mantiene el mural característico que retrata a esos hombres que han sido parte del acontecer nacional. La imagen emblemática es la de su fundador don Amador Prendes, en tanto que también están Diego y Frida, algunos ex presidentes de la República, y un amplio etcétera.
Decorado sin amaneramientos de ninguna índole, el restaurante está diseñado para que a través de sus espacios el comensal tenga una experiencia agradable. Ya en la mesa se piden unos Escamoles ($180.00), para nadie es extraño que estas larvas de hormiga sean un plato mexicano de singular exquisitez. Más si se cocinan con la elegancia que lo hacen en Don Amador: fritos a la mantequilla, con perejil y chile serrano picados de manera muy fina. El resultado es que con el auxilio de unas tortillas calientes y un poco de salsa el gourmet estará satisfecho. El contrapunto entre lo mexicano y lo español lo marcan unas Croquetas de jamón serrano ($65.00), que están muy apreciables.
El vino seleccionado es un Faustino I Gran Reserva 1996 ($550.00), que es un tinto espectacular por sus aromas profundos y su gran cuerpo. Respira su fuerza y conserva los vahos de esos Riojas que, al menos durante una época larga, fueron el corazón de los viñedos españoles en el mundo.
Viene ahora una Ensalada de espinacas ($74.00), que tiene la hortaliza tierna acompañada por champiñones, cebolla frita y un aderezo suave. El resultado es correcto. En donde hay una falla sensible es en la Crema de pétalos de rosa ($60.00), que se presenta con un crotón de ajo y queso de cabra. La textura de la crema es un tanto inapropiada: densa y con un color que parece artificial, el plato carece de matices, es plano y los sabores complementarios la mejoran.
Debe destacarse que el servicio es adecuado, con esa amabilidad que se agradece porque está impregnada de profesionalismo. En esos juicios se está cuando llegan los Camarones en salsa de Figueiras ($230.00), que se presentan con un puré magnífico de pera al cardamomo. Los camarones están fritos en aceite de oliva y la salsa está preparada con una crema al jamón serrano. Esta última sala al platillo. Una sugerencia podría ser que la salsa estuviera a un lado de los mariscos y que el comensal los remojara con ligereza, sin estar todo cubierto como se presenta ahora.
Mejor resulta el Filete marinado en paprika ($149.00), que lleva una excelente mantequilla al queso azul que combina muy bien con la carne. El término medio fue respetado y el platillo, en fin, es recomendable.
Para concluir la degustación lo mejor es una Crême brulée de avellanas ($69.00) que saboreada con un Exprés ($26.00), el paladar quedará satisfecho. Luego de eso lo mejor es partir para evitar los chubascos de la temporada.

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